Páginas vistas

lunes, 7 de noviembre de 2011

Veneno

Sentí como las serpientes se acercaban. No habían desistido en el intento. La náyade seguía siendo una sirena. Por suerte podía nadar más rápido que ellas. Yo por mi parte no podía más. El veneno estaba ardiendo por todo mi cuerpo. Se había extendido con facilidad. Ya no tenía fuerzas para seguir escapando. Agarré a la náyade del brazo. Se me escapó. Creo que me cogió. No estaba del todo seguro. Todo era confuso a mi alrededor. Sentía el movimiento del agua en la cara. Procuraba mantenerme erguido, pero no podía. A pesar de estar ardiendo tenía frío. Cada vez más y más frío. Ya no sentía el agua. Había perdido la noción de tiempo y espacio. Las fuerzas de mis extremidades desaparecieron. La sensibilidad de mi piel se durmió. Los párpados me pesaban demasiado. Oscuridad.
-No te voy a dejar morir- escuché una voz lejana. Quería abrir los ojos pero no podía. Sentía que dos lápidas los habían cerrado- sigue mi voz, déjame entrar en ti- volvió a decir aquella voz. Un sonido desconocido para mí. De repente en mi mente aparecieron aquellos ojos verdes. Me hipnotizaron otra vez. No podía dejar de admirarlos. Intenté hablar. No podía. Mis labios estaban sellados.
-Te necesito para cumplir mis objetivos- susurró la voz sensual, la mirada se intensificó- no puedes morir, abre los ojos- un escalofrío recorrió mi cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El blog se alimenta de vuestros comentarios!! Muchas Gracias!!!